Ya hace una década que la Feria de Agronomía promueve la comercialización de productos provenientes de la agricultura familiar y artesanales, e incentiva el vínculo y diálogo entre productores y consumidores. Por ello el fin de semana lo celebra, con una agenda llena de actividades.
Por otro lado, la Feria del Productor al Consumidor de la Facultad de Agronomía de la UBA se creó en octubre de 2013 de la mano de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria, agrupaciones estudiantiles y trabajadores no docentes. Se creó para difundir la producción agropecuaria familiar y artesanal, y se convirtió asimismo en un espacio de comercialización y diálogo entre productores y consumidores finales
“La agricultura familiar es un actor clave y esencial en la producción de alimentos que históricamente tuvo problemas de acceso a los mercados y a percibir un precio justo por su producción. La complejidad de la vida moderna dio lugar a mercados específicos, muchos intermediarios entre la producción y las mesas familiares, encarecimiento de precios y disminución de los ingresos que perciben las familias por su trabajo. La Feria intenta desandar un poco ese camino, generar un debate alrededor de la producción de alimentos, el consumo responsable, las formas de producción, la agroecología, la relación campo ciudad y la soberanía alimentaria”, comenta Pablo Rush, secretario de Extensión de la FAUBA.
Asimismo, la Feria se instala en el parque de la Facultad los segundos fines de semana de cada mes. En tanto desde ahí, productores venden de forma directa a los consumidoras, sin intermediarios, estableciendo un mejor precio para éstos sectores. Hoy día está integrada por 170 puestos y se estima que es una fuente de ingreso para 250 familias. Por otro lado, La Feria es un evento cultural donde se llevan adelante charlas y se presentan espectáculos artísticos.
A la vez, en cada edición participan organizaciones de productores de alimentos, cátedras de FAUBA, docentes, no docentes, estudiantes, artesanos entre otros. Allí, se pueden encontrar productos hortícolas de estación recién cosechados, frutas, quesos, miel, dulces, chacinados, aceites de oliva y frutas secas, artesanías, plantas y cuenta con un patio gastronómico.
“Los productores hortícolas que participan se encuentran en un proceso de transición agroecológica. Ese proceso es acompañado por la FAUBA con distintos proyectos entre los que se destaca el Sistema Participativo de Garantía (SPG). Este sistema acompaña a los productores en este camino, y brinda información sobre cómo es el sistema productivo a las personas que visitan la feria y compran esos alimentos”, comentó Rush.
Al mismo tiempo, el secretario contó que mediante esta iniciativa la Facultad logró incorporar diversas experiencias que permitieron generar conocimiento a través de la elaboración de trabajos finales de grado y posgrado, publicaciones en congresos y la creación de proyectos y programas de extensión. “Es una instancia de aprendizaje práctico para estudiantes de diversas carreras de la FAUBA”, agregó.
“A medida que la Feria fue creciendo ganó complejidad en la organización. Los y las feriantes se integran en una asamblea donde se abordan diversas decisiones que hacen al funcionamiento. El trabajo se organiza en ocho comisiones que tienen una articulación permanente con la Secretaría de Extensión”, comentó.
Por otro lado, la Feria de la FAUBA incentiva la producción y el consumo responsable de alimentos, la economía social, y la soberanía alimentaria y la transición de los modelos productivos hacia modelos más sustentables con el medio ambiente.
Asimismo, Alejandro Asenjo es estudiante de Agronomía y productor caprino. Posee un tambo de cabras y en la feria comercializa productos lácteos. Al mismo tiempo, su emprendimiento se llama “La Nubiana”. “La Feria acerca al productor y al consumidor, algo que se ha perdido hoy en día con esto de las cadenas de supermercados, de la forma en la que se compran los alimentos. Hay una desconexión entre un actor y el otro, entre el consumidor y el productor. Y hay una desconexión también de los procesos productivos, donde no se sabe ni siquiera qué es lo que se está comiendo. Entonces la feria genera ese vínculo entre el productor y el consumidor, donde más allá de solo intercambiar dinero por productos, también se intercambian charlas e intereses particulares”, comentó Alejandro.
“Atrás de un productor que te vende también hay un modelo de producción, hay una familia que está arraigada en el campo, que vive en el campo. Esta posibilidad de generar una compra directa a un productor es apoyar un modelo distinto de producción, y colaborar en lo económico a los emprendimientos familiares”, indicó el emprendedor.
Por otra parte, Josué Trujillo Flores participa en la Feria con su emprendimiento familiar “Huerta Trujillo” y comercializa verduras de estación. En tanto, vive en Berazategui y tiene su espacio productivo sobre la ruta 2, kilómetro 41. “Ingresamos hace un tiempo en la feria y fuimos aprendiendo a trabajar en colectivo, mostrar qué es lo que producimos, cómo lo producimos de manera agroecológica, con qué insumos curamos a las plantas que tenemos en producción. La Feria es importante porque es un punto grande de venta, que crea un gran movimiento acá en la familia de prepararse y organizarse, ser recibido por las y los vecinos que se acercan a comprar, hacen fila y charlan y comparten. Escuchar las devoluciones que tienen de las verduras que llevaron el mes pasado. Creamos un lazo de confianza con los y las vecinas. Mostramos que hay un camino alternativo posible de producir agroecológico. Es una alegría poder ser parte, estar y acompañar”, comentó Trujillo.
Por otro lado, Carmen Flores es referente del Colectivo La Pirka. Y su emprendimiento se denomina “Juguetes Work”, elabora juguetes metálicos para armar y crear. Asimismo, comercializadora del colectivo de artesanía Wichi de Formosa y Chaco. “Valoramos los orígenes ancestrales de nuestros pasados. Participo de la Feria desde el 2013, invitada por CALISA. Me parece muy importante poder contarle al consumidor de dónde vienen los productos, cómo se hacen, qué dificultades hay en todo el camino. También, mostrar otra economía posible, sin intermediarios que especulan con nuestros bolsillos. Esta Feria es autogestiva, solidaria e inclusiva. La comunidad nos pregunta sobre los productos, el ambiente, le interesa la alimentación saludable, agroecológica y saber qué consume. ¡Los y las esperamos este fin de semana para festejar los 10 años que cumplimos!”, dijo Carmen.