En el contexto de un amparo colectivo presentado por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia en 2019, la Justicia de la Ciudad ordenó al Gobierno porteño la implementación de políticas públicas para no continuar con la discriminación de personas con algún tipo de discapacidad en escuelas de gestión privada.
En nuestro país, las personas con discapacidad tienen importantes barreras para ejercer su derecho a la educación. Estas personas deben recorrer infinidad de escuelas hasta encontrar una que les abra las puertas y, si no lo consiguen, son expulsadas del sistema u obligadas a asistir a centros especiales.
Con el objetivo de cambiar esta realidad, en 2019 desde la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, con el asesoramiento de la Clínica Jurídica del Centro de Derechos Humanos (CDH) de la Facultad de Derecho de la UBA, demandaron judicialmente al Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, solicitando que se adopten inmediatamente las medidas necesarias para evitar los rechazos de inscripción por causas de discapacidad en las escuelas comunes de gestión privada.
“En esa oportunidad, denunciamos que estas instituciones negaban sistemáticamente el ingreso de niñas, niños y adolescentes con discapacidad, y que el Gobierno omitía controlarlas y sancionarlas. Desde la asociación argumentamos que dichas conductas vulneraban el derecho a la educación inclusiva reconocido en el artículo 24 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, tratado internacional que Argentina ratificó en el año 2008 y que goza de jerarquía constitucional desde 2014”, comentan en un comunicado desde ACIJ.
Asimismo, después de ordenar a la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, algunas medidas provisorias para terminar con esta situación de discriminación y de imponerle multas por sus reiterados incumplimientos, el pasado 23 de junio, el Juzgado N° 6 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de la jueza Patricia López Vergara, dictó sentencia haciendo lugar a la acción de amparo. A la vez, en la fundamentación de su decisión, declaró la inconstitucionalidad de la conducta omisiva del Gobierno porteño y le ordenó presentar de forma inmediata una propuesta de política pública para garantizar el derecho a la educación inclusiva en el plazo de 30 días.
Por otra parte, la jueza afirmó, que dicha propuesta debe incluir, como mínimo: el establecimiento de un protocolo de inscripción que evite la discriminación por causas de discapacidad; la creación de un procedimiento para el control de los establecimientos educativos, y de canales específicos, accesibles y eficaces para denunciar los rechazos de inscripción; la adopción de medidas de difusión para informar a personas con discapacidad y sus familias; y la producción de información que permita monitorear las políticas implementadas.
Asimismo, la jueza consideró que la prueba fue contundente y enfatizó que el Estado se constituye en el principal obstáculo para el ejercicio del derecho a la educación inclusiva, por cuanto mediante su inacción «parece querer segmentar, encasillar, aislar, segregar, en definitiva, deshumanizar, los procesos de enseñanza y de aprendizaje de las personas con discapacidad».
“Esta decisión judicial marca un antes y un después en el movimiento de lucha en pos de este derecho. Refleja un Poder Judicial que escuchó los reclamos históricos de las personas con discapacidad y sus familias y se hizo eco de ellos. Constituye un punto de partida para transformar las políticas públicas y alcanzar, de una vez por todas, la justicia educativa”, finalizaron desde ACIJ.